Pataletas de nuestras señorías del Parlamento

El PSOE en esta legislatura pasó a ponerse al mismo nivel que las bravuras de varios portavoces del PP. Le bastaría que cuando la oposición le acusa de corrupción le dijera que si tienen pruebas denuncien en el juzgado. El gobierno debe dedicar el tiempo a gobernar no dejándose arrastrar por los ruidos de la oposición. La mayor parte de nuestros políticos dedican más tiempo a mentir e insultar que en defender el bien común. Después de cuarenta años de democracia, los nuevos dirigentes de partidos no tienen idea del significado de  la democracia y el Estado de Derecho. Así transmiten a la opinión pública hastío por un lado y, por otro, dejando el campo libre a los extremismos.  

 

Que los dos grandes partidos PSOE- PP no coincidan en nada es preocupante para los que nos gusta la crítica constructiva. Y cuando no coinciden tienen la obligación de explicarlo educadamente sin manipulación y sin trampa para que lo entendamos.


Los dirigentes de los partidos  deberían practicar y enseñar democracia tal como especifica el artículo seis de nuestra Constitución.


Demasiada gente que, sin pruebas, cree  más las calumnias y escándalos sirviendo  de portavoces por donde van, lo que perjudica la calidad democrática. Es más noticia que el hombre muerda al perro, que el perro muerda el hombre.   


Goebbels ministro de propaganda de Hitler, fue el pionero en la materia, “una mentira repetida muchas veces es más creíble que la verdad”.


Viene esto al caso porque cuando se aprobó el decreto del gobierno de  fondos europeos de 140.000 millones gracias a la abstención de Vox y el voto a favor de Bildu extrañó el voto en contra del PP, Cs, y ERC. No es de recibo como el primer partido de la oposición llamado algún día a gobernar España llegue a estos extremos dando la impresión de que padecen un delirium tremens con tanta prisa para llegar al poder por el atajo. 


Cualquier grupo parlamentario, sea de extrema derecha o de extrema izquierda, tiene derecho a votar lo que le apetezca al estar legitimados por los votos. Pueden defender cosas que la mayoría no aceptamos. Y como la democracia tiene la última palabra no permitirá que nadie nos prive de ella con su ideología.
Los ciudadanos no debemos consentir que ningún partido en manos de ambiciosos se dediquen a manipular inventando trapos sucios contra otros. Nunca será culpa de los partidos que son instrumentos, según la Constitución, para hacernos el bien, será de sus dirigentes. Que los partidos no sirvan para encubrir a tramas criminales como está ocurriendo, porque tarde o temprano por mucho que encubran la corrupción al final se sabrá, como ocurrió en la dictadura franquista que no había libertad de prensa y supimos de corrupciones varias.


Estos días estuvimos viendo la bilis de sus señorías derramada sobre el Parlamento de España con  tan bajo nivel nunca visto, acusándose del y tú más sin pruebas para ir al juzgado y como es su deber al tener conocimiento de un delito tal como como establece la ley, en vez de estar con ataques  mutuos como ignorantes y falta de respeto  la ciudadanía.

Pataletas de nuestras señorías del Parlamento

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